Este vino (cuyo nombre es un homenaje al introductor de la uva en Uruguay) es un bivarietal hecho en la región de Juanicó (Uruguay) con uvas Tannat y Merlot, este último responsable de descomponer una característica de poca dureza. Uno de los vinos elaborados a partir de variedad Tannat, ya que las tierras del Uruguay son ideales para su cultivo (aproximadamente el 40% de la producción del país) sobre todo por el clima. Fue en la segunda mitad del siglo XIX a manos de los herederos de Don Pascual Harriague, un noble de origen vasco-francés, que se estableció en Uruguay en 1838.
En la copa resultó ser de color púrpura con bordes rosados que tiende a lágrimas que se formaron intensas (probablemete debido a su contenido en alcohol de 13%) que manchó el cristal. En el examen olfativo reveló buena fruta, con notas de madera.
El vino resultó ser muy suave, agradable y buena la luz. De poco cuerpo, tiene madera, con sabor a fruta poco persistente. Un vino con buen equilibrio, que sería mejor valorar si el alcohol no ataca de cualquier manera.
Tengo que reconocer que alado de otros vinos uruguayos o argentinos, este queda muy opacado, pero aqui en valencia, lo considero una joyita, para acompañar una rica carne de ternera.
Para quien esta acostumbrado a los vinos de aqui, resulta un placer degustar un vino suave, un tannat.
El vino resultó ser muy suave, agradable y buena la luz. De poco cuerpo, tiene madera, con sabor a fruta poco persistente. Un vino con buen equilibrio, que sería mejor valorar si el alcohol no ataca de cualquier manera.
Tengo que reconocer que alado de otros vinos uruguayos o argentinos, este queda muy opacado, pero aqui en valencia, lo considero una joyita, para acompañar una rica carne de ternera.
Para quien esta acostumbrado a los vinos de aqui, resulta un placer degustar un vino suave, un tannat.